En su día ya se señalaba que las características especiales que concurren en la comarca Saja-Besaya, por su peso específico en la Comunidad de Cantabria y por las consecuencias de la crisis económica que se venía padeciendo desde el 2008, obligaban a la elaboración de un plan específico para impulsar su desarrollo desde todos los ámbitos, que hiciera posible la recuperación de la comarca para que retomara el protagonismo económico y el liderazgo industrial de la comunidad que ya en su día ejerció el área de Torrelavega.
En esta zona, la industria es el sector que tiene más peso y que más hay que potenciar, pues no podemos olvidar que los sectores no son «compartimentos estancos» y que necesitan unos de otros para desarrollarse. Ya en su día se pretendió que el Gobierno Autonómico trasladase al Gobierno de la nación la declaración de zona de preferente reactivación económica para esta comarca como herramienta que reforzara las políticas de empleo e inversión productiva, lo que permitiría la entrada de fondos especiales, aunque con escaso éxito. La estrategia que hay que definir implica mantener y reforzar el papel industrial de la comarca, no dando este papel exclusivamente a las grandes empresas ya instaladas, ya que salvo el grupo Armando Álvarez y Textil Santanderina, el resto no tienen en Cantabria sus centros de decisiones. Sí se señalaba, no obstante, lo conveniente de alcanzar con estos grandes negocios acuerdos en los que participaran como empresas tractoras, ya que junto a estas grandes empresas se han creado multitud de pequeñas industrias que han centrado su desarrollo como auxiliares de las grandes y que su futuro va muy ligado a las decisiones que en cada momento quieran tomar las multinacionales. Para estas empresas auxiliares se hace imprescindible un plan de dinamización que incluya desde la diversificación de productos y servicios hasta la ampliación de clientes y, por tanto, la búsqueda de nuevos mercados.
Para facilitar el nuevo posicionamiento de estas pymes, la Administración Pública debería adquirir un papel de liderazgo, impulsando el asociacionismo de empresas con actividades interrelacionadas, para obtener ventajas competitivas. Para la búsqueda de nuevos proyectos industriales, aprovechando los recursos que ofrece el entorno, en la comarca podrían jugar un papel clave las industrias de los sectores agroalimentarios y las de la energía y agua. Estos proyectos, aunque parezca básico, precisan suelo industrial. No se trata tanto de buscar nuevo suelo industrial, que también -el Gobierno se compromete a apoyar los proyectos para generar suelo industrial en Torrelavega, como son la creación de un polígono en suelo en desuso de los terrenos de Sniace, el Proyecto Singular de Interés Regional (PSIR) de Las Excavadas y el Polígono de La Hilera-, sino también de un mejor aprovechamiento de localizaciones industriales en desuso, como los polígonos de Tanos-Viérnoles y Reocín que podrían dar respuesta a algunas de las necesidades que se puedan plantear, llevando adelante aquellas mejoras necesarias para favorecer la plena ocupación de los mismos. Por último, en ese desarrollo tienen que ponerse al frente varios objetivos claros, que son la innovación y la investigación, la transferencia del conocimiento, la internacionalización y englobando a todos ellos la reindustrialización, poniéndolo en valor a través de figuras como los clúster, en el que las propias empresas pueden liderar el cambio y para que el apoyo de las administraciones no sea solo una declaración de intenciones.
De ahí surge, la necesidad de crear un clúster en la comarca del Besaya, para la atracción de ayudas europeas y el desarrollo de un plan concreto de reindustrialización en la misma, como proyecto que habrá que pelear para la consecución de fondos para la creación de valor en la zona y como ya no podía ser de otra manera, liderado por las propias empresas.
En CINBESA, primer clúster industrial de la Comarca del Besaya, buscamos mejorar la reindustrialización en la comarca y generar un cambio productivo en Cantabria.